lunes, 27 de febrero de 2012


Han pasado más de trece años desde que el ciéntífico catalán, especializado en primatología, Joaquim J. Veà Baró, eligiera la región de los Tuxtlas, en la selva de Veracruz, actualmente reserva de la biósfera, para realizar sus investigaciones acerca del comportamiento del mono aullador, Alouata palliata.
Su actividad ininterrumpida en México, ha creado un vínculo académico y de investigación científica, entre la Universidad de Barcelona y la Universidad Veracruzana, en donde también se unirá, para la siguiente etapa, la Universidad de Cambridge.
El Dr. Veà no sólo es generador de conocimiento científico, has sido el impulsor de varias decenas de jóvenes estudiantes de muchos países: españoles, portugueses, mexicanos, ingleses, franceses, que con el tiempo se han ido integrando al campo de la investigación en distintas universidades e instituciones públicas o privadas del mundo.


                          Fotografía Rosa María López


Del volcán San Martín en Los Tuxtlas

Investigadores realizan estudio para preservar monos aulladores



Es un grupo de expertos de las universidades Veracruzana, Barcelona y Cambridge

David Sandoval.

La Universidad Veracruzana (UV), a través del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro), junto con las universidades de Barcelona (UB) y Cambridge, iniciaron un nuevo proyecto para estudiar a las poblaciones de monos aulladores del volcán San Martín en Los Tuxtlas.

Joaquim J. Veà Baró, doctor en Psicología por la UB y director del Centre Especial de Recerca en Primats de la misma, afirmó que gracias a dicha iniciativa podrían establecerse –a corto plazo– acciones tendientes a la conservación de esta especie que habita las selvas del sur de Veracruz.

En el proyecto, cuyo tiempo de duración estimado es de tres años, participan especialistas y estudiantes de las citadas instituciones de educación superior: Ernesto Rodríguez Luna, director del Citro, lidera el equipo de la UV, Veà Baró el de la UB y Leslie Knapp encabeza el de Cambridge.

El especialista aseguró que este trabajo continuará la investigación realizada durante años en las poblaciones de monos aulladores del volcán San Martín: “Elegimos esa zona porque es el límite norte de destrucción de la selva tropical. La acción humana ha dejado una serie de fragmentos que, como islotes de selva, están habitados –algunos de ellos– por monos aulladores.

”Hemos trabajado en cómo las distintas condiciones de estos fragmentos de selva afectan tanto al comportamiento, demografía, salud y otras características de estas poblaciones de primates.”

Veà Baró explicó que en las poblaciones humanas ocurre igual: “La gente que vive en el campo no tiene el mismo comportamiento ni las mismas necesidades o los mismos problemas que la gente que vive en la ciudad, donde están con una mayor densidad de población y muchas veces con menos recursos”.

Asimismo, mencionó, se han detectado migraciones entre fragmentos: “Al ser una especie arborícola y tener que bajar al suelo para cambiar de fragmento, migrar es para ellos la aventura de su vida. En los primates ocurre igual que con los humanos, hay individuos más emprendedores que otros y algunos sí consiguen hacerlo; sin embargo, es muy difícil observar esas migraciones porque son hechos aislados”.

Veà Baró planteó que si estas poblaciones en su conjunto son viables “es que podemos considerarlas como una meta-población, como una población que intercambia individuos entre sí aunque estén parcialmente aislados; ello está estrechamente relacionado con su viabilidad a largo plazo porque un problema fundamental de poblaciones aisladas es la consanguinidad genética”.

El también investigador invitado en el Citro narró los inicios de la colaboración entre la UB y esta casa de estudios: “A finales del siglo pasado, con Ernesto Rodríguez Luna (director del Centro), iniciamos un intercambio de profesorado y empezamos a realizar proyectos de investigación conjuntos, formalizamos institucionalmente esa relación en 2004, cuando se firmó un convenio entre ambas universidades”.

Tras la renovación del acuerdo, se amplió el ámbito de aplicación no sólo al intercambio de investigadores y profesores, sino también a la colaboración en investigación y la movilidad de estudiantes: “Hay estudiantes de la UV que hacen algún tipo de formación en España, en maestría y doctorado, y estudiantes de Barcelona que hacen sus trabajos de investigación en México, también participan portugueses, ingleses y franceses”, añadió.

Sus investigaciones abarcan el campo de la primatología de un modo amplio e incluyen los análisis ambientales relacionados con la conservación biológica y la conservación de primates, “en diversos estudios se utiliza la presencia y el buen estado de las poblaciones de primates como indicadores de conservación del hábitat”, precisó.

A lo largo de la colaboración entre la UV y la UB, en el intercambio han participado cerca de 42 estudiantes de licenciatura, nueve de maestría, se han revisado y defendido 15 tesis doctorales y se han llevado a cabo siete proyectos de investigación competitivos, en el ámbito nacional e internacional.

Se trata, dijo, de “propuestas que se presentan a un proceso de selección y se conceden o no en función de una evaluación aplicada por expertos independientes. Evidentemente tenemos como resultados una abundante lista de publicaciones en revistas científicas, y la participación y organización de reuniones científicas de todo tipo”.

Veà Baró destacó que desde hace ocho años, como parte del convenio entre ambas casas de estudio, se han generado numerosas publicaciones y trabajos recepcionales sobre el tema: “Creo que es un ejemplo de años de colaboración internacional exitosa entre la Universidad Veracruzana y la Universidad de Barcelona”, destacó el investigador.

sábado, 4 de febrero de 2012

La fiesta del oso. Jordi Soler

Jordi Soler: “Utilizo a los personajes para limar las costuras de mis novelas”
Por José A. Muñoz. Entrevista  28.11.09

Jordi Soler (La Portuguesa, Veracruz, México, 1963) vuelve a adentrarse en el recuerdo y en las cicatrices que dejó la guerra civil española. En su tercera novela sobre el asunto, el narrador, el escritor que ofrece una charla sobre los republicanos en Argèles-sur-mer, recibe de manos de una desconocida una foto tras la que se esconde el destino real de su tío abuelo Oriol, dado por desaparecido en los Pirineos.
La fiesta del oso (Mondadori) le sirve a Soler para dar por concluida (por el momento) su particular visión de la guerra. Con él charlamos sobre su novela y su trabajo como creador.


Aunque La fiesta del oso pueda entenderse como el final de una trilogía, en realidad es algo que no te habías planteado, ya que la idea de este libro te vino dada tras la publicación de los otros dos.



Desde luego no había intención de hacer una trilogía. De hecho, después de Los rojos de ultramar empecé a escribir una novela que interrumpí para escribir La última hora del último día, después la volví a retomar para interrumpirla otra vez y enredarme con La fiesta del oso. Y ahora estoy por terminar esa otra novela que ha servido como “calentamiento” (en el sentido futbolístico) para escribir las otras dos. Con esto quiero decir que se trataba de una urgencia. Estaba con el tema del poeta Artaud en Irlanda, que es de lo que va esta novela que tengo en marcha, y de pronto sentía la necesidad de regresar a La Portuguesa y después volvía a Irlanda para acabar en el Pirineo con La fiesta del oso. Y ahora me da temor afirmar que sean tres, porque es posible que más adelante surja de nuevo la inspiración, ya que estas novelas forman parte de mi propia experiencia vital y familiar.

Lo que narras te toca muy de cerca. Al fin y al cabo, como bien dices, se trata de una parte de tu historia familiar. La publicación de los otros libros provocó que te llegaran informaciones nuevas sobre tu familia.


Sí, parece inevitable. Incluso en la novela que transcurre en Irlanda hay un cameo de la guerra civil. Como tengo la manía de escribir sobre personajes que se parecen a mi familia y los narradores se parecen a mi mismo, la historia cae en una esquina de la obra y me sorprende otra vez el tema. En la nueva lo meteré ya por superstición, para no perder totalmente aquel territorio.


Escribes sobre la falsa memoria histórica, aquello que cuentan, que se dice, se comenta, la “historia oficial”, que, como sabemos, no siempre es la real, las cosas van por otro lado. ¿La fiesta del oso te ha servido para cerrar puertas?


La primera intención es escribir una buena novela, pero me ha servido de manera terapeútica para cerrar, como dices, esa puerta. Como el gobierno no hace nada para rescatar la memoria histórica y tomársela en serio, yo, como individuo, lo hago. Es mi manera de resolverlo.

Muchas familias se encuentran en esa situación.



Sí, y las coincidencias no son tales, todo forma parte de un engranaje, hay cierta lógica. Mi madre tiene casi setenta años. Después de mucho pelear por su pensión de represaliada por la guerra civil, se la acaban de conceder ahora, justo con la aparición del libro. Parece que eran dos fuerzas que venían del pasado y, de pronto, explotan casi el mismo día. O sea que yo ya voy resolviendo el asunto de la memoria histórica.

El episodio de la conferencia en la que el narrador recibe una fotografía a través de una desconocida, lo que provoca su investigación, ¿es verídico?


Hay muchos elementos de ficción, entre ellos este. La novela nace a partir de la foto de la portada, que es la que le da la señora al narrador. En realidad la novela es el pie de foto, la historia creada desde una imagen, anclada a cosas, a episodios familiares, conformando un relato de ficción, lo que no quiere decir que sea mentira.

O la verdad de muchas historias.



También. El narrador plantea que las historias de guerra se parecen, son una vulgaridad. Hay gente que se tiene que ir, familiares que han muerto, personas que viven en el exilio. Las cicatrices de la guerra se parecen y se van repitiendo en cientos de miles de personas.

Hay un tópico sobre la literatura, aquello de que la primera frase es lo más importante. El comienzo de La fiesta del oso es arrollador, visceral, el lector se ve inmerso en el infierno del barracón, en Port de la Selva, y a partir de ahí ya le tienes atrapado. Ese primer empuje es fundamental.


Una de las grandes preguntas que me planteo cuando estoy construyendo una novela es cómo voy a lograr que el lector quede atrapado desde las primeras palabras. Juego mucho con los capítulos, pero aquí no hay más que una cabeza que piensa y te puedes equivocar, te puedes dejar llevar por lo mucho que te gusta un capítulo que a lo mejor no resulta tan efectivo. Como en la literatura hay un orden matemático, una lógica para escribir de manera efectiva la historia, una vez logras dar con ella lo demás viene añadido, sabes perfectamente cual debe ser el principio. Hay una disposición de las piezas que es perfecta o no. Si escoges la equivocada, la novela no funciona.

¿Y cómo saber si es la correcta?


Cuando la has leído mil quinientas veces. Pienso en lo que estoy escribiendo durante todo el día. Voy en bici, estoy en la ducha, despertando, con esa somnolencia matinal, cuando empiezas a salir al mundo… De repente, recuerdas que en cierta página un personaje que debía ir descalzo tiene botas y voy a buscarla y resulta que sí, que tiene botas. Es un trabajo absolutamente obsesivo que, en mi caso, dura dos años en los que no pienso en otra cosa. Por supuesto convivo con mi mujer y mis hijos, voy al cine, leo otras historias y llevo una vida aparentemente normal, pero por dentro no hago más que pensar en la novela. Aunque no sea perfecta, sé que ha sido contada de la única forma posible. Y el inicio ha de ser el que es, la cabeza es esa. Podría compararse a la arqueología, vas desenterrando piezas y de pronto encuentras la base del jarrón, ves un hueco que es la órbita ocular de la calavera.

En ese proceso de desenterrar la historia, haces una reconstrucción de la vida de Oriol, después de que le hayan dado por muerto. Episódicamente aparecen otros personajes que forman parte de esa vida oculta y que son testigos de los cambios que provocan la transformación de Oriol hasta convertirse en un animal de bosque totalmente desquiciado…
…cuando era un hombre burgués de Sant Gervasi que estaba destinado a ser pianista.
Hay un trabajo profundo con esos personajes, para conseguir ensamblarlos en la novela.


Claro, me preocupa que en mis novelas no se vean las costuras. Está muy claro cuando vas escribiendo, porque tienes varias historias que debes hacer coincidir en algún momento. El primer encuentro de estas historias es siempre muy violento, se parece a un seísmo, como cuando chocan las placas tectónicas. El trabajo del novelista es limar la zona del choque para dejar una sola superficie, un solo territorio. Esto lo voy viendo muy gráficamente durante la construcción de las novelas. Conforme las he ido escribiendo, he ido aprendiendo que las costuras tectónicas del relato hay que limarlas al final para que las historias vayan creciendo con todo su vigor e ímpetu. Si empiezas a limar todo eso a media novela, te cargas la narración.

¿Y utilizas los personajes para limar las costuras?



Claro, una vez que está toda la furia novelística metida a lo bestia, empiezo a hilar fino, parte por parte, con un zurcido invisible que el lector no ve. A lo mejor, si la lee mil quinientas veces, como yo, sí lo percibe. Los novelistas tenemos mucha ventaja, porque disponemos de tiempo para pensar en las cosas. Y una cosa que chirría, al cabo de seis meses, puedes repararla llevándola por otro camino. Es como el carpintero que ensambla piezas, con esos diseños escandinavos, esas sillas preciosas de madera en las que no ves el ensamblaje porque un tipo ha estado limando la superficie durante un tiempo. Hay que pasar el cepillo, sin duda.

¿Te ha obsesionado mucho Oriol, como personaje? Ni siquiera tiene un diálogo, no aparece de manera directa, siempre es a través del resto de personajes o del narrador; sin embargo, es su historia y, por supuesto, lo aprovechas para ofrecer un análisis narrativo sobre la condición humana.



Hay mucho sobre la condición humana y muchos elementos metafóricos. Tuve la tentación de ver a Oriol como la metáfora de lo que pasó con ese proyecto que fue la España republicana, como se fue descomponiendo y como terminó siendo un cuerpo amputado, tullido, disperso. Existe, como dice el narrador, la tentación de buscar este tipo de metáforas. Al final creo que Oriol la trasciende y pasa a ser, por sí mismo, sin ayuda de la metáfora, un personaje literario. Su final, transformado en oso, en una bestia de la montaña, es la metáfora de la condición humana. Y no es que vayamos a eso, sino que podríamos ir.

Queda un poco lejos, pero la historia final de Oriol me recuerda a la película de Pedro Olea El bosque del lobo, con José Luis López Vázquez.

No la conozco, pero me interesa mucho. Buscando modelos, están esas personas que entran en contacto con la naturaleza y se transforman, se convierten en parte de ella. El corazón de las tinieblas es una novela que me encanta, ahí ves esta descomposición. Mi novela no tiene que ver nada con Conrad, pero sí que hay un modelo a seguir que es este, el hombre civilizado que regresa a la tierra, transformándose en otra cosa.

Volver a nuestros orígenes, de una manera peculiar, pero descubriendo nuestra esencia.

Es la forma positiva de verlo, sí.

Con las tres novelas que conforman esta serie de la guerra civil, ¿podríamos hablar de una unidad narrativa o has empleado tres maneras diferentes de explorar la ficción?

Visto ahora, de aquí hacia atrás, sí hay una trilogía tal cual. Y hay tres puntos de vista distintos sobre, básicamente, la misma historia.

¿La próxima será, al fin, la que comentabas al principio, sobre Artaud?


Sí, será la próxima, seguro, porque ya estoy en el punto, ya no veo la playa. Hay que acabarla ya, porque empieza a pesarme. Llegué a Irlanda hace años con la novela bajo el brazo. He ido regresando en breves períodos mientras escribía las otras. Me apetece darla por acabada, es una historia de la que estoy enamorado.


José A. Muñoz

Vídeo obtenido de Página 2 (programa de rtve)

viernes, 3 de febrero de 2012

Enrique Vila-Matas y Veracruz


LEJOS DE VERACRUZ (1995)

Lejos de Veracruz 
Biblioteca Vila-Matas
DeBolsillo, 2011

PRIMERA PÁGINA

No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca volver. Fui feliz allí, el mes pasado, en noche de luna llena, en Los Portales, ni antes ni después de esa noche, en el último mes de julio de mi juventud. Pero no pienso en la vida nunca volver, pues sé muy bien que la nostalgia de un lugar sólo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperación significa la muerte.
Fui a México el mes pasado cuando, encontrándome solo y dolido en la ciudad de Barcelona, mi desesperación en el ático de Sant Gervasi me llevó incluso al extremo de creer que oía voces y que los distinguidos huéspedes de mi librería se dedicaban a observarme con una ceja alzada y a recomendarme que, dado mi estado de locura por la muerte de mi hermano, abandonara cuanto antes mi soledad y tanto duelo y viajara.
Recordé entonces que me habían invitado a Guadalajara, en Jalisco, para que hablara de mi hermano muerto, y ya no lo pensé dos veces y, al día siquiente, escapaba de mi soledad y duelo. Viajé a México (...)


HOMENAJE A SERGIO PITOL
Margo Glantz, Juan Villoro y Vila-Matas en el homenanaje a Sergio Pitol en Xalapa, Veracruz.





DEDICATORIA
A Paula de Parma 
A la Razón
y a la Desesperación.
A Jordi Llovet
y a Michi Panero,
maestros en ambas lides. 

AUTOBIOGRAFÍA LITERARIA
De cómo bajo la luna exagerada de Veracruz me encontré con Rosita Boom Boom Romero, que ordenó matar a mi hermano, y de cómo confundí al asesino con Dios y de cómo Sergio Pitol me ayudó a salir del enredo. México visto como una metáfora personal de la fiesta y de la desesperación.

Corrido mexicano de la edición española
“Aplasté a la mano invisible, / maté a la culpable de todos mis males, / y aunque no me siento culpable, / sí me arrepiento de algo: / olvidé que había otra mano y que, además, en la muerta / dormía cola de lagarto. En la edición portuguesa (Longe de Veracruz) el corrido mexicano de la edición española, inventado en realidad por V-M, fue sustituido por un corrido verdadero, sugerido al autor por José Miguel Ullán: 

Ya lo dijo el Santo Papa,
y lo dijo a voz en cuello:
- Para Capital, Xalapa;
¡sólo Veracruz es bello!

“Qué apañado el señor Vila-Matas: se inventa un alter ego homónimo que tiene un hermano escritor de libros de viajes que nunca ha viajado con un proyecto de equiparar a su familia (los Tenorio) con los Baroja, escribiendo para ello un libro sobre ellos, y escribe un libro de viajes, muchos viajes, sin moverse de su casa, y un libro de la familia Tenorio, y ambas cosas las hace bien, al mismo tiempo y en doscientas y poco páginas. Podría decir que es uno de esos libros que no te has terminado siquiera pero ya vas recomendando por ahí; vaya, como que ni siquiera me lo he terminado yo y ya se lo recomiendo a todo el mundo.”


“Cuando conocí a Sergio, en Varsovia, yo tenía 25 años, y en España ningún escritor de su categoría me concedía un minuto ni me dedicaba tiempo para hablarme de literatura. Así que el magisterio de Sergio se dio, desde el primer momento, en la conversación en la sobremesa en su casa de Varsovia, a mi paso por esa ciudad.
Fui a Varsovia inocentemente y me convertí en escritor gracias a Pitol y mi afición definitiva por la cultura la produjo el propio Sergio.”

De El español Vilas-Martas elogia a Sergio Pitol que le motivó a ser escritor
“—¿Descansaste bien? —me preguntó Pitol a la mañana siguiente, en el momento de entrar en la carretera que iba a devolvernos a la casa de Xalapa.
—Tuve una pesadilla —dije—. Mataba a Dios, que resultaba ser un pobre hombre, un chulo de Badajoz. En el momento de disparar contra él se le poblaron los ojos con millones de luceros y confesó haberse equivocado siempre conmigo. Me ha sorprendido descubrir que Dios era tan poca cosa. ”

Lejos de Veracruz, p. 233

Pitol en su casa de Xalapa (Veracruz)

EDICIONES ANTERIORES TRADUCCIONES
Barcelona, Anagrama, 1995 
Col. Narrativas hispánicas, 177
Barcelona, Anagrama, 2004 
Compactos Anagrama, 342

FRANCIA
LOIN DE VERACRUZ
Christian Bourgois, 2000
Trad. Denise Laroutis

PORTUGAL
LONGE DE VERACRUZ
Assírio & Alvim, 1995 
Trad. Jose Agostinho Baptista

BIBLIOGRAFÍA
Alonso, Santos, “Inquietante y excelente novela”,Reseña, 265, octubre 1995, p. 29.
Bach, Mauricio, “El náufrago ejemplar”, Lateral, 6, abril de 1995, p. 11.
Castro, Antón, “El desencanto de los Tenorio”, Diario de Teruel, 28 mayo 1995, p. 1.
Castro, Antón, “El destino del artista”, Turia, octubre de 1995, pp. 260-261.
Conte, Rafael, “Lejos de Veracruz”, ABC, 21 de julio de 1995, p. 9.
Domene, Pedro M., “El descenso”, Diario Córdoba, 18 de mayo de 1995.
Domínguez Michael, Cristopher, “El veracruzano imaginario”, Reforma, México, 14 de junio de 1996, p. 4.
Dumontet, Fabienne, “Enrique Vila-Matas, et ses étranges doubles Loin de Veracruz et Étrange façon de vivre”, Le Monde, París, 21 de julio de 2000, p. 30.
Echevarría, Ignacio, “La escritura como supervivencia”, El País, 22 abril 1995, p. 11.
González, Carmen, España Contemporánea , vol. X, primavera de 1997, pp. 116-120. 
Lindon, Mathieu, “Vila-Matas déplace l'espion”,Libération, París, 8 junio 2000, p. IV.
Masoliver Ródenas, Juan Antonio, “El viajero inmóvil de Sant Gervasi”, La Vanguardia, 24 de marzo de 1995, p. 45.
Masoliver Ródenas, J.A., “Lejos de Veracruz”, Vuelta, 222, México, mayo de 1995.
Monmany, Mercedes, “El último Tenorio. La batalla de la vida”, Diario 16, 8 de abril de 1995, p. 15.
Ollé, Manuel, “Les obssesions són el motor”, Avui, 22 de junio de 1995.
Peña, Luis de la, Quimera, 136, mayo de 1995, p. 73.
Puértolas, Soledad, “El sobreviviente”, Letra Internacional, 38, junio 1995, pp. 69-70.
Valls, Fernando, “Unas cuantas verdades fingidas”, El Mundo, 10 de junio de 1995, p. 8. Recogido en La realidad inventada. Análisis crítico de la novela española actual, Barcelona, Crítica, 2003, pp. 263-264.
Weitzmann, Marc, “Une vie moins ordinaire. Loin de Veracruz et Étrange façon de vivre”, Les inrockuptibles, París, 249, 2000, pp. 54-55.


Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) tiene una amplia obra narrativa que se inicia en 1973 y hasta la fecha ha sido traducida a nueve idiomas, siendo sus títulos más destacados -todos en Anagrama- Impostura (1984), Historia abreviada de la literatura portátil (1985), Una casa para siempre (1988), Suicidios ejemplares (1991),Hijos sin hijos (1993) y Lejos de Veracruz (1995). En 1992 publicó El viajero más lento, una colección de artículos y ensayos literarios. Y en 1994, en edición de bolsillo, Recuerdos inventados, una antología personal de sus mejores relatos.
Sus últimos libros han recibido un gran apoyo de lectores y críticos: «Una completa maestría. Una maesría que hace de él un autor insustituible.» (Ignacio Echevarría, El País); «Una de las literaturas más sorprendentes y originales» (Mercedes Monmany, Diario 16); «Una inteligencia, una imaginación y un humor perturbadores. Un verdadero maestro del género» (J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Marcado carácter de genialidad» (Pedro M. Domene, El Ideal); «Vila-Matas: el mito naciente de la literatura española contemporánea» (Álvaro Enrigue, Vuelta, México). 

¿Qué nos queda cuando estamos ya lejos de Veracruz, lejos del volcán de nuestras pasiones de antaño y, en definitiva, estamos ya muy lejos de la vida? Al menor de los tres hermanos Tenorio, al narrador de esta singular y fascinante novela, le queda sólo la literatura como último refugio, pues se encuentra en una situación en la que casi lo único que se puede hacer es escribir. Derrotado en la vida, este joven manco de 27 años se siente muy viejo y cansado y, viendo que no tiene nada mejor que hacer ni lugar más apropiado donde caerse muerto, se dedica, en el último rincón del mundo, a recordar y escribir la historia de su odio al domicilio familiar y también la de sus intentos fracasados de ser amado en paisajes distintos y alejados de la monotonía de los días repetidos.

Héroe maltrecho de la novela de su propia vida, el último Tenorio escribe, a medio camino entre el diario de su desasosiego y el recuerdo de su descenso a los infiernos, una novela que acoge sabiamente tanto la figura del desdichado moderno como ese rumor de fondo esencial que en el puerto de Veracruz subyace detrás de tanto refugio y literatura: ese trágico secreto que es ya tradición que los catadores de grandes y sobrecogedoras novelas terminen siempre por descubrir.

Una novela, Lejos de Veracruz, en la que Vila-Matas prosigue con la original trayectoria de su narrativa más reciente. En Una casa para siempre (1988) una estructura novelesca se fragmentaba temáticamente. En Suicidios ejemplares (1991), en cambio, un tema unitario —el suicidio— se fragmentaba estructuralmente. En Hijos sin hijos (1993) nos encontrábamos con un libro de relatos que era al mismo tiempo una novela. Ahora nos llega Lejos de Veracruz, que ante todo es una novela.