domingo, 20 de noviembre de 2011

Cataluña a fondo: el papel clave de México

EL CENTENARIO DEL ORFEÓ CATALÀ DE MÉXICO ES UN SÍMBOLO DE QUE ESTE PAÍS Y CATALUÑA SIGUEN QUERIENDO ENTRELAZAR SUS DESTINOS. LOS CATALANES NO OLVIDAN LA AYUDA A LA REPÚBLICA Y A SUS EXILIADOS, POSIBLE GRACIAS A DÉCADAS DE EXCELENTES RELACIONES. Y EL FUTURO SE PRESENTA HALAGÜEÑO.

POR JOSEP MARIA SOLÉ I SABATÉ

La relación entre Cataluña y México viene de lejos en la historia, pero obviando el periodo del siglo XVIII, en que eminentes catalanes a las órdenes de la dinastía de los Borbones españoles participaron en la colonización de California y otras tierras que actualmente son territorio de los EE.UU., o la más próxima, en 1862, en la heroica, sí, tal y como suena, no intervención del general Prim en una desastrosa aventura europea que pretendía reforzar la ocupación francesa de México, hay que decir que es en el siglo XX cuando los lazos empezaron a hacerse más estrechos.
La primera entidad catalana creada en México fue el Orfeó Català, en 1906. Después de haber participado en el trabajo de reconstrucción de la ciudad norteamericana de San Francisco tras el terremoto que sufrió, un grupo de albañiles catalanes se estableció en la ciudad de México. Era la etapa final de la presidencia de Porfirio Díaz y el país iniciaba una gran expansión. Junto a ellos encontramos a intelectuales, artistas, músicos y personas relacionadas con la industria y el comercio. El Orfeó Català es resultado de una fraternal pertenencia a la misma tierra. Responde, asimismo, a la necesidad sentida de dar salida a la nostalgia, el recuerdo y el sentimiento cultural. En el Orfeó Català se podía expresar con el canto la añoranza de la tierra natal, de la patria lejana.
Era, y es, una entidad interclasista que se vio fuertemente sacudida en cuanto a la actitud que había que tener durante la Guerra Civil, de 1936-1939. Una guerra ciertamente nacida fuera de Cataluña, pero que también fracturó interiormente a la sociedad catalana cuando llegó.
Recibimiento a Josep Tarradellas (en el centro de la foto) poco antes de tomar posesión del cargo de presidente de la Generalitat de Cataluña en el exilio.

Lo mismo ocurrió en el Orfeó Català de México; al fin y al cabo no dejaba de ser, y es, "un trozo de tierra catalana en México". Si bien hubo una apuesta mayoritaria por la Generalitat y la autonomía, las confusas noticias con respecto a hechos de extrema violencia y muertes debido
al estallido incontrolable de la Revolución paralizaron las actuaciones conjuntas más allá de las conductas humanitarias para disminuir los azotes de la guerra.
No obstante, el Orfeó se abocó a organizar tareas humanitarias para intentar paliar el sufrimiento de la Guerra Civil. La primera gestión efectiva fue la tramitación para dar asilo y refugio a los niños huérfanos de la guerra. En diciembre de 1937 se aprobó en asamblea recibirlos y ofrecerles acogida, que se prolongaría durante años. Aquellos niños acabarían siendo conocidos como "los niños de Morelia", en el Estado de Michoacán.
Los estatutos de la entidad no permitían implicarse en política concreta, pero ello no supondría un obstáculo para establecer contactos y comunicarse con los representantes del Gobierno de Cataluña que realizaban tareas de apoyo favorable a la Generalitat republicana, como Josep Carner y Lleó Dalty o, posteriormente, Jaume Miravitlles, por el Comisariato de Propaganda, que conseguiría implicar al Orfeó para que sufragara los gastos que había representado acoger a 20 niños catalanes huérfanos.
La solidaridad humanitaria perduró durante toda la guerra. Recaudar dinero y víveres fue la tarea principal, aunque también servir de cobijo a las delegaciones, de intelectuales y de todo tipo, que fueron a buscar la más diversa solidaridad a México. En una de estas delegaciones
de la Cataluña en guerra, en 1938 viajó a México como representante del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) Bartomeu Costa-Amic, quien años después se convertiría en uno de los editores más emblemáticos en catalán en el exilio y en un hombre muy vinculado al
Orfeó, del que sería presidente, y de ahí nacería el cabo de la madeja que acabaría llevando al exilio de México al desdichado fugitivo del estalinismo, un hombre clave de la Revolución soviética, Trotski.
Otra acción que dejó profunda huella en la entidad fue la que se produjo con motivo de la gira del Fútbol Club Barcelona por América durante el verano de 1937. Laestancia principal de la gira fue México. Allí, el Barça actuó como elemento propagandístico no solamente de
la Generalitat de Cataluña, sino de toda la España republicana: El Barça provocó un impacto social tan grande que algunos jugadores siguieron su trayectoria futbolística en México, donde se arraigaron para siempre.
Es el caso de Ventolrà. Al mismo tiempo, en el Orfeó se rehicieron el equipo de fútbol y la sección deportiva.El Gobierno de México de Lázaro Cárdenas había prestado todo el apoyo que podía el México de entonces a la Segunda República Española. Pero la clave de la masiva
llegada de exiliados catalanes y españoles a México se basa en una publicación del Diario Oficial de la República, de 10 de noviembre de 1938, en la que se admitía sin límite de cantidad a todos los nacionales de una seriede países y a la que los fugitivos procedentes del final de la guerra civil española se acogieron como tierra de libertad y promisión.
La cifra que se da como más aproximada de catalanesexiliados a México supera los 6.000. Sería más de lamitad del total que fue a América. Poco a poco, se haido conociendo su composición: la mayoría erantrabajadores del campo y de la ciudad, pero la valía depersonalidades destacadísimas en todas las profesiones liberales, en el mundo de la cultura, de la historia, de la ingeniería, de la política de las instituciones catalanas y republicanas en el exilio enriqueció mutuamente a ambas comunidades para fundirse con el tiempo en una sola.
De aquí nacería la idea de ser catalán de México. Pero también hubo exiliados que por edad, posición, actitud o relaciones nunca se acabaron integrando, aunque sí lo hicieran sus hijos, familiares o amigos. Un exilio que, como bien se definió, tenía principio pero no se acabaría
nunca en la conciencia más profunda e íntima de quienes lo vivieron.
Los exiliados aportaron tanto a la sociedad mexicana en todos los órdenes de la sociedad que años después, a mediados de 1950, una pieza clave de su llegada y acogida, el que había sido el presidente de la República, figura mítica en el México del siglo XX, Lázaro Cárdenas,
lo definió con lúcida precisión: "y al llegar ustedes a esta tierra nuestra, entregaron su talento y sus energías a intensificar el cultivo de los campos, a aumentar la producción de las fábricas, a avivar la claridad de las aulas, a edificar y honrar sus hogares y a hacer, junto con nosotros, más grande a la nación mexicana. En esta forma han hecho ustedes honor a nuestra hospitalidad y a nuestra Patria."
La relación de Cataluña y México ha seguido y aumentado en el tiempo en los hijos, nietos, biznietos. También se ha fortalecido gracias a la actuación continua y ambiciosa de entidades catalanas en México y al incremento de intercambios económicos, comerciales, turísticos y
culturales. Además, este lazo se beneficia de las facilidades de comunicación de un mundo cada vez másintercomunicado y globalizado.
* Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad
Autónoma de Barcelona (UAB

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